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El rekordmeister y el eterno retorno: La generación Beckenbauer

Franz Beckenbauer

Ha llegado la hora de recuperar uno de los especiales que mejor funcionaron en Masliga.com, el homenaje que Sergio Vilariño le dedicó al Bayern de Múnich de Franz Beckenbauer.

Artículo de Sergio Vilariño para Masliga publicado el 22-01-2013
Sergio Vilariño es historiador y futbolero. Un imprescindible para hablar de fútbol vintage. 



De cero a la cima del fútbol

Durante los últimos 40 años, decir el nombre del Bayern de Múnich ha sido sinónimo de echarse a temblar para todos los clubes del fútbol europeo. Pero, aunque parezca increíble, el club bávaro comenzó su andadura en la joven Bundesliga como club de Segunda, ya que el gran equipo de Múnich era el 1860 Munich.

La historia cambió cuando una generación de jóvenes jugadores liderada por Franz Beckenbauer, Sepp Maier y Gerd Müller (entre otros), llegó al cuadro dirigido por el yugoslavo Zlatko Cajkovski Tchik. Junto a veteranos como Werner Olk, legendario capitán del club, ascendieron a la Bundesliga, ganaron la DFB Pokal y ya en 1967 dieron al Bayern el primer título europeo de su historia: la Recopa de Europa, ganada en Nuremberg al recientemente fallecido y resucitado Rangers escocés, con un gol de otro de los “jóvenes de Cajkovski”, Franz Roth.

Los jóvenes de Cajkovski
Los jóvenes de Cajkovski

Este gran éxito situó al Bayern como referente en Alemania, y con el cambio de entreador (Branko Zebec asumió el cargo), el Bayern conquistó su primera Bundesliga y a iniciar una rivalidad que durará más de una década con el Borussia Moenchengladbach, el otro equipo en alza del fútbol teutón, y que también reunía a las nuevas estrellas del fútbol alemán, como Berti Vogts, Jupp Heynckes y Gunther Netzer.

La gran rivalidad de ambos clubes, siempre reforzándose, siempre innovando en su manera de jugar, llevó a la selección alemana a aglutinar un increíble equipo que le permitió dominar el panorama mundial durante los 70 (campeones de Europa 1972, campeones del mundo 1974, subcampeones de Europa 1976). Además, en paralelo a este crecimiento, la Bundesliga atrajo a los mejores jugadores del Norte, Centro y Este de Europa, convirtiéndose en el campeonato doméstico más potente del mundo y sus clubes fueron habituales en las rondas finales de cualquier competición internacional.



El Bayern de los 70

A comienzos de los 70, con Europa dominada por el totaalvoetbal del Ajax de Amsterdam, el Bayern siguió creciendo, se incorporaron Paul Breitner y Uli Hoeness, dos jóvenes figuras de los equipos juveniles de la selección alemana, y el cuadro liderado por Beckenbauer comenzó a postularse como un claro aspirante a ganar la Copa de Europa. Pero antes de cumplir la mayoría de edad fue aplastado por el Ajax en una célebre eliminatoria, en el camino de los holandeses hacia su tercer entorchado consecutivo.

En 1974, empezó, sin embargo, la era del Bayern. El cuadro bávaro dominará Europa con mano de hierro durante tres años. En su primera final de Copa de Europa estuvieron a punto de verse sorprendidos por el Atlético de Madrid, pero un gol a última hora de Schwartzenbeck forzó el partido de desempate, en el cual el Bayern arrasaron a los madrileños. El encuentro fue una exhibición de fuerza y velocidad por parte de los de Baviera, que no encontraron rival en un Atlético destruido moralmente. Bruselas coronó al equipo muniqués como primer campeón de Europa alemán.

Imagen de Kicker del Bayern 1972
Imagen de Kicker del Bayern 1972

Al año siguiente, el Bayern vuelve a imponerse en la final, esta vez ante el célebre Leeds United, club que venía de una década de dominio en el fútbol inglés. No sin polémica, el Bayern se impone y suma su segundo entorchado.

Este dominio se verá refrendado al año siguiente cuando un gol de Roth derrota al Saint Ettiene, a la sazón campeón francés, que venía desarrollando un juego atractivo que había enamorado a Europa.

La paulatina marcha de sus figuras, ya envejecidas, impedirá al Bayern mantener su dominio a nivel continental, y también a nivel nacional, ya que emergen nuevas potencias en la Bundesliga, como el Colonia y el Hamburgo.  Beckenbauer se va al Cosmos de Nueva York en 1976 dejando al equipo huérfano de liderazgo, Müller sigue sus pasos en 1979 (se incorpora al Fort Lauderdale Strikers), justo en el año en que Hoennes sufre una grave lesión y Maier un accidente de tráfico que los lleva al retiro. Sólo la vuelta de Paul Breitner (tras sus pasos por Real Madrid y Eintracht Braunschweig) y la consolidación de Karl-Heinz Rummenigge permiten al Bayern mantener el tipo durante la travesía del desierto en los últimos 70 y primeros 80.



LA FIGURA: FRANZ BECKENBAUER

“En el Bayern, el Kaiser Franz empezó a jugar en la línea de defensa, proyectándose hasta el medio del campo y más allá y llevando el mando de las operaciones siempre que pudiese”

Cuando hablamos de jugador contextual queremos hacer ver al jugador cuya presencia en el césped que explica el todo. Una referencia que marca el estilo de un colectivo, el ritmo es suyo y la consecuencia también.

En algunos casos, ese jugador no solo influye en su equipo (lo cual ya es indudable referencia de su categoría), sino en un partido entero. A veces es tal el nivel, la ascendencia del jugador, que influye sobre torneos y épocas enteras.

En el caso del Bayern, ese hombre, ese jugador contextual, se llama Franz Beckenbauer y, adecuadamente, le apodan “El Kaiser”.

Franz Beckenbauer con la selección alemana
Franz Beckenbauer con la selección alemana

Beckenbauer nació al fútbol durante la Copa del Mundo de 1966, comandando al lado de Wolfgang Overath el centro del campo del equipo de la RFA en el Mundial disputado en tierras inglesas. En 1966, el jugador del Bayern era un joven de 20 años, centrocampista de carácter ofensivo que sorprendió al mundo con su despliegue box to box y su llegada al área contraria. Su marcaje (mutuo), al gran Bobby Charlton le hizo salir del Mundial como una figura global. 

Por aquel entonces, los líberos eran figuras de corte cavernario, jugadores sombríos y defensivos, a imagen y semejanza de lo que había construido Helenio Herrera en su Grande Inter. Pero Beckenbauer iba a encargarse de lavar la cara al puesto y adaptarlo a él. En el Bayern, el Kaiser Franz empezó a jugar en la línea de defensa, proyectándose hasta el medio del campo y más allá y llevando el mando de las operaciones siempre que pudiese. Ese siempre que pudiese poco a poco se convirtió en siempre que quisiese, y eso refleja su tremenda ascendencia en cualquier partido disputado por él.

Desde esa posición retrasada, Beckenbauer lanza medidos balones largos (merced a su excelente toque con el exterior de la pierna derecha), que baten líneas y dejan a sus compañeros en posiciones inmejorables para montar una contra.

En defensa, qué se puede decir, un jugador no excesivamente rápido en distancias cortas, pero sí tremendamente intuitivo para los cambios de ritmo, para el posicionamiento y en el uno contra uno.



Además de esto, Beckenbauer adelanta su posición muy a menudo para compartir la base de la jugada con Roth, en una variante tremendamente explotada por este equipo del Bayern. Si desde la defensa, el capitán alemán es capaz de batir líneas con facilidad gracias a su toque de balón, lo mismo podemos decir cuando su presencia es en la base de la jugada o tres cuartos de campo. Además, Beckenbauer conserva cierta capacidad de desborde de su época como centrocampista ofensivo, y su disparo de lejos es muy bueno.

Debemos añadir, que llegado a tres cuartos de campo (la zona de aceleración, que se suele decir), sus combinaciones con Gerd Müller eran extraordinarias, especialmente sus paredes, capaces de desarbolar cualquier entramado defensivo. Y estamos hablando de un jugador no extremadamente habilidoso como der Bomber. Este es otro mérito de Beckenbauer, hacer mejores a sus compañeros, maximizar sus virtudes. Es decir, el Kaiser condiciona a su equipo y al contrario sea cual sea su posición en el campo.

Por último, debemos hablar del aspecto mental. Beckenbauer era un ganador, era un líder, un animal competitivo. El más grande de su época junto a Johan Cruyff. Beckenbauer condicionaba también desde el nivel mental y así lo sufrieron auténticos diablos para otras defensas como fueron Rensenbrink, Heynckes, Lato, Gárate, Rocheteau, Rodney Marsh o Ralf Edstroem. Cuando veían llegar al capitán germano, se apagaban las luces, se bajaba la persiana, y el balón desaparecía.

Basta decir que, siendo defensa, ganó dos veces el Balón de Oro (1972, 1976), luchando contra jugadores como Johan Cruyff, Gunther Netzer, Sandro Mazzola, Dragan Dzajic u Oleg Blokhin.

TÍTULOS

4 Bundesligas (1969, 1972, 1973, 1974)

4 Copas de Alemania (DFB Pokal) (1966, 1967, 1969, 1971)

3 Copas de Europa (1974, 1975, 1976)

1 Copa Intercontinental (1976, renunció a jugar las del 74 y el 75)

1 Recopa de Europa (1967)

El vídeo partido que le dio su primera Copa de Europa en 1974 para los que les apetezca ver cómo jugaba ese Bayern de Múnich.

ESTILO DE JUEGO

Este Bayern de Munich representa lo que durante décadas ha sido considerado “paradigma del juego alemán”. Era un equipo poderosísimo físicamente, muy moderno y, por supuesto, no exento de calidad.

La formación base era un 4-3-3, que podía convertirse en un 4-4-2. El equipo se articulaba en torno a lo que se dio en llamar “El Eje”, esto es, la poderosa figura de Sepp Maier en la portería (uno de los mejores guardametas del mundo durante los años 70, si no el mejor.), la clase del Kaiser Franz Beckenbauer como líbero (dominando defensa y medio campo), y la inigualable capacidad goleadora de Gerd Müller en la punta del ataque (seguramente el mejor goleador europeo de la historia. Un hombre que ganó el Balón de Oro, la Bota de Oro dos veces, máximo goleador de la Bundesliga en siete ocasiones,  cuatro años máximo goleador de la Copa de Europa, máximo goleador del Mundial de Mexico70 y máximo goleador de la Eurocopa de Bélgica72. Además es el máximo goleador histórico de la Bundesliga y de la selección alemana. Un hombre que marcó 650 goles en poco más de 700 partidos.).

Gerd Muller
Gerd Muller

“No hay un gran equipo en los 70 que no haya sido embotellado en su área cuando Franz Beckenbauer tocaba a rebato”

Junto a estos tres fenómenos, debemos reseñar el importante papel que jugaban Hans Georg Schwartzenbeck, inseparable compañero de Beckenbauer en la zaga, poseedor de un poderoso disparo a larga distancia y un formidable juego de cabeza. El otro hombre presente en todo el ciclo victorioso es Franz Roth, un mediocentro especialista en los lanzamientos de falta (así dio al Bayern una Recopa y una Copa de Europa), y de gran despliegue físico.

Los jóvenes Uli Hoenness y Paul Breitner aportaron frescura a principios de los 70. Jugadores muy modernos, partiendo de sus posiciones de centrocampista o interior derecho y lateral izquierdo, ocupaban muchísimo campo, aparecían en zonas de creación que no eran las suyas y, en definitiva, creaban superioridades que convertían al Bayern en un equipo difícilmente desbordable.

Este Bayern será recordado como un equipo rácano por los puristas del juego, pero lo cierto es que era un conjunto muy difícil de superar e hipercompetitivo, capaz de sacar adelante partidos y eliminatorias que parecían perdidas. Sus arreones, ya fuera por juego o por fuerza física, son legendarios, y no hay un gran equipo en los 70 que no haya sido embotellado en su área cuando Franz Beckenbauer tocaba a rebato.



EL GRAN RIVAL

A nivel europeo, este Bayern no tuvo un gran rival claro. Libró batallas durísimas con el Ajax de Cruyff (generalmente perdidas), y también con el Saint Ettiene e incluso el Leeds. Sufrió contra el Dinamo Dresden y prácticamente cada vez que cruzaba a Alemania Oriental. Incluso estuvo a punto de ser eliminado por los desconocidos suecos del Atvidabergs, pero ninguno de estos conjuntos llega al nivel de rivalidad que el equipo bávaro sostenía en la competición doméstica con el Borussia Moenchengladbach.

Como ya dijimos, son dos equipos cuya ascensión desde la nada coincide en el tiempo, y que, amparados en dos generaciones excepcionales de jugadores, se convierten en dominadores del campeonato alemán y las competiciones europeas. De hecho, aunque el Bayern sale claramente vencedor de su duelo, el equipo entrenado por Hennes Weisweiler y posteriormente Udo Lattek (que también entrenó al Bayern), y liderado por los fenomenales Netzer, Vogts, Simonsen y Heynckes, se llevó a sus vitrinas ni más ni menos que 5 Bundesligas (1970, 1971,1975,1976,1977), una Copa (1973), dos UEFAS (1975 y 1979), y pierde una final de Copa de Europa contra el Liverpool (1977), y dos de UEFA (1973,1980). Es decir, hablamos de un equipo imponente.

ANÉCDOTAS

Este equipo del Bayern ha dado lugar a varias anécdotas curiosas, que merecen la pena ser resaltadas.

Dos miembros de “El Eje”, Beckenbauer y Müller, llegaron al club casi como acto de venganza hacia su gran rival, el 1860 Múnich. El Kaiser jugaba en 1959 para un pequeño equipo muniqués, el SC Munich 06 y, ante las dificultades económicas del club había decidido irse al 1860. La fortuna quiso que en uno de los últimos torneos que jugó como junior, su equipo se midiese a los Leones en una final que acabó en tangana. El odio resultante de esa confrontación dio con el joven Franz (y gran parte de sus compañeros del Munich 06), en el Bayern. Por su parte, a Müller lo rechazaron los entrenadores juveniles del 1860 por ser demasiado bajito y regordete para jugar al fútbol. ¡Cuánto habría cambiado la historia del fútbol muniqués de no darse estos dos incidentes!

Cuando el equipo fichó a Jupp Kapellmann, un prometedor y técnico interior que llegó a ser campeón del mundo en 1974, se cometieron irregularidades, que conllevaron una sanción económica por parte de la Federación Alemana. El club tuvo que pagar 800 mil marcos al Colonia. El Bayern, incapaz de sufragar tamaño gasto, tuvo que jugar 17 partidos en 23 días (entre amistosos para recaudar dinero, y competición oficial). Estos 17 partidos incluyen una goleada en contra por 1-5 contra el Real Madrid y la casi eliminación a manos de los desconocidos suecos del Atvidabergs en Copa de Europa. Al final, el Bayern consiguió pagar, elimina a los suecos en los penalties, y no solo eso, sino que descubrió a Conny Törstensson, que fue un jugador importante en las temporadas siguientes para el club muniqués. Todo esto, camino de su primera corona continental.

El Bayern fue el invitado al partido de despedida de Johan Cruyff en el Ajax. Lo que se esperaba fuese un plácido amistoso para despedir a la leyenda holandesa fue aprovechado por los bávaros para saldar viejas cuentas: el Bayern aplastó al Ajax por 1-8, ante la atónita mirada de los presentes en estadio ajacied.

Franz Beckenbauer y Johan Cruyff los hombres que dominaron el fútbol europeo en los 70
Franz Beckenbauer y Johan Cruyff los hombres que dominaron el fútbol europeo en los 70

Artículos de Sergio Vilariño

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