Yo no llamaría «extremo» al futbolista que ejerce la función explicada por Henry.

No soy experto en el asunto, pero, en mi opinión, los extremos escasean porque, como dijo Alf Ramsey, uno de los primeros entrenadores que prescindió de ellos, no defienden mucho.

Pero, al no haber ya demasiados extremos, no se dispone de tantos futbolistas de talento para el regate; conque se prefiere a jugadores que partan desde los lados para ir al centro y, de este modo, generen espacios para que los ocupen los laterales, por ejemplo. Con futbolistas talentosos para el regate, no se necesitan tantos espacios, creo yo. Y los futbolistas talentosos para el regate que quedan suelen ser delanteros o enganches, cuyas principales virtudes (el remate y el pase al delantero) se desaprovecharían si jugasen por los lados. Aunque, bueno, tampoco me parecería descabellado alinear a un Ronaldo Nazario de extremo a pierna cambiada; de ese modo se generarían muchos espacios por el centro al asignar el rival dos o tres marcas para parar a Ronaldo. Por otro lado, quizá de este modo Ronaldo habría destacado menos.

Ricardo La Volpe opina que lo ideal es alinear extremos, porque detrás del lateral no hay líbero; es decir, en los lados es relativamente más fácil crear situaciones de «uno contra uno», como bien dice uno de tus entrevistados. Y, continúa La Volpe, la jugada más difícil de defender no es el centro que pueda dar el extremo cuando ha regateado al lateral, sino el pase hacia atrás para que remate el delantero o un mediocampista.

Además, con extremos obligas a que la defensa rival abarque un espacio más amplio: cuanto mayor sea el espacio, tanto más difícil será la tarea defensiva. En primer lugar, porque tu delantero centro y tus interiores dispondrán de más espacios; en segundo lugar, porque, si el rival quisiese ocupar esos espacios, debería retrasar a uno o dos mediocampistas para ayudar a los centrales, conque al menos dispondrías de superioridad numérica en el centro, y alguno de tus medios podría intentar chutar desde fuera del área.

Laureano Ruiz, el célebre formador de canteranos del Barcelona y del Racing de Santander, redefinió el concepto de extremo. En sus equipos, que siempre forman en la 4-3-3, los extremos se sitúan al ladito de la cal cuando los mediocampistas tienen el balón. Una vez que se ha elegido un lado, el extremo del lado contrario se desmarca hacia el centro para intentar rematar. Por ejemplo, si el lado escogido por el medio campo es el derecho, el «siete» hace una jugada de extremo; pero el once se desmarca hacia el área para aprovechar los espacios que, con frecuencia, en los equipos de Laureano genera el nueve retrasándose para atraer la marca de al menos un central. Los extremos de Laureano juegan muchas veces, aunque no siempre, a pierna cambiada para facilitar el chut cuando se desmarcan hacia el centro. Yo creo que fue uno de los primeros entrenadores en alinear extremos a pierna cambiada. En una breve entrevista que, amablemente, me concedió por correo electrónico (en realidad, le envíe unas preguntas que respondió para sorpresa mía), me dijo que fue él quien recomendó a Cruyff que pusiese a Stoichkov a pierna cambiada. Y, si no recuerdo mal, en su blog explica que, en sus equipos, los máximos goleadores no suelen ser los delanteros centro, sino los extremos al realizar dichos desmarques hacia el centro. Es muy interesante esto de redefinir conceptos; aunque hay aficionados que no lo entienden. En fin, Luis Helguera, hermano de Iván, habló de uno de los equipos de Laureano en la cantera del Rácing: Iván Helguera formaba de interior (derecho o izquierdo, da igual); Iván de la Peña era el falso «nueve»; y Munitis jugaba de extremo, no sé si en la derecha o en la izquierda.

Un saludo y enhorabuena por esta magnífica página. Yo también siento curiosidad por el fútbol y deseo saber más.

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