Víctor Hugo Aristizábal, mítico delantero colombiano de los noventa e inicios de la década de los 2000 cuyos goles eran parte de la rutina de los fines de semana para los futboleros de Sudamérica. En InstitutoFutbol.com hemos tenido el privilegio de poder charlar un rato con él y nos ha desvelado muchos de sus aprendizajes futbolísticos.
Considerado por el entrenador cafetero ‘Pacho’ Maturana como “el mejor jugador del mundo sin balón” por su sutil fútbol en el que se disfrazaba de centrocampista y acudía a la ayuda del compañero y al momento siguiente era capaz de realizar un magnífico desmarque para acabar la jugada con la mejor de las definiciones. El apelativo ‘Aristigol’ no era baladí, la portería contraria no tenía secretos para nuestro entrevistado de hoy.
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Sumario
Entrevista a Víctor Hugo Aristizábal
Inicios
¿Para qué jugabas a fútbol?
Cuando era pequeño jugaba para divertirme, me sentía bien y creo que lo llevaba en la sangre. Y ese fue siempre mi pensamiento que jugar al fútbol era diversión para mi.
¿Qué importaste del fútbol de la calle que viviste en tu infancia a los terrenos de juego ya con tus equipos?
Muy de la mano de la anterior. Divertirme, jugar en la calle y en los parques me ayudó mucho porque la calle te da mucha madurez y otras cosas como más desequilibrio, más inteligencia, te ayuda a pensar más rápido, te hace compartir con personas que también buscan un sueño. Yo creo que jugar en la calle me ayudó bastante y lo asocio al fútbol profesional que yo jugué.
Con 18 años te hacen tu primer contrato profesional. ¿Cómo te cambió la vida en ese momento?
Cuando me hicieron eso contrato mi vida cambió notablemente. Ahí ya podía ayudar en la casa a mi madre, ya era diferente, ya podía darle una entrada más a mi familia porque vivíamos situaciones difíciles. La mentalidad también cambió, saber que ya era una persona joven pero con pensamiento de adulto y con oportunidad de ayudar a mi familia.
Tuviste un éxito casa inmediato, ¿Qué fue lo más difícil de gestionar?
El éxito llegó rápido, pero también por la ayuda de mis compañeros. Me recibieron muy bien, me hicieron parte muy rápido del equipo, sabían que con mi disciplina y con mis condiciones yo podía llegar rápido a ser titular y a ser campeón con el equipo. No fue difícil manejar ese éxito, creo que conté con amigos que me ayudaron con esa experiencia a estar tranquilo, a saber que el éxito llega rápido pero que puedes caer en cualquier momento, que el fracaso está a un solo paso. Entonces siempre fui tranquilo, no me creí el mejor ni que fuera lo último y creo que esa tranquilidad y esa ayuda de los compañeros con experiencia fue importante.
Asprilla, la amistad y la relación con el balón
Una de las parejas más recordadas que ha habido en el fútbol colombiano fue la que formaste con Faustino Asprilla. ¿Ha sido tu mejor acompañante en la delantera?
Con Asprilla tuve sino la mejor dupla en ataque una de las mejores. Sobre todo fue por la amistad que teníamos no solo en el campo, también teníamos una buena relación fuera de la cancha, fuera de los entrenamientos, nos reuníamos en su casa, salíamos a comer, estábamos siempre juntos y eso ayudaba bastante a que nos entendiéramos muy bien dentro de la cancha y por eso tuve la fortuna de ser feliz y de complementar ese gran jugador que fue Asprilla, quien para mí ha sido uno de los mejores o sino el mejor que ha tenido el fútbol colombiano.
«La amistad con Faustino Asprilla hizo que nos entendiéramos muy bien dentro del campo»
Tenías tendencia a bajar mucho a recibir para estar más en contacto con el balón. ¿Era cosa del entrenador o cosa tuya?
Eso siempre fue lo mío, siempre me gustó y además yo comencé mi carrera jugando de número 10, me gustaba siempre salir a recibir para llevar el balón a mis compañeros para jugar en equipo. No fue cosa del entrenador, lo llevaba en la sangre eso de bajar a recibir y a jugar y no estarme solo quieto esperando a que me lo llevaran.
Lo que Aristigol aprendió de Europa y de Brasil
Hablemos de tu periplo en el Valencia. ¿Qué te faltó para adaptarte al fútbol europeo?
Lo del Valencia fue una experiencia bonita, no fue una decisión acertada en el sentido de irme a préstamo porque era como ir a solucionar los problemas que estaba teniendo el equipo en el momento y tenía que dar resultado desde el primer minuto. Creo que eso fue equivocación que tuve, pero fue una experiencia bonita y que con una mejor decisión hubiese jugado muchos años en Europa porque lo primero es que le tienen que dar a uno un tiempo de adaptación y a mí no me lo dieron. Tenía que ser inmediato el resultado y no se dio.
¿Llegaste a jugar en Inglaterra tras el paso por Valencia?
En Inglaterra no jugué. Tenía la oportunidad de ir a jugar al Tottenham donde hubo un acercamiento, pero no llegué a concretar el traspaso.
La vuelta a Sudamérica fue genial con Atlético Nacional. ¿Qué te llevaste del fútbol europeo?
La experiencia en el fútbol europeo fue muy buena, me dio para poder madurar más. Eso me ayudó bastante cuando llegué de nuevo al Club Atlético Nacional, me volvió un hombre más competitivo, me hizo pensar que siempre tienes que estar muy bien porque la competencia te lo exigía así, eso creo que fue lo que me llevé del fútbol europeo.
En Brasil eres todo un ídolo. ¿Qué diferencias encontraste entre el fútbol brasileño y el colombiano?
Yo creo que el fútbol brasileño siempre ha tenido esa mentalidad ganadora. Ellos entran a la cancha y les da igual quien haya delante, siempre piensan que van a ganar todo. Eso es una cosa muy buena y creo que le han demostrado al mundo que son ganadores y es una de las cosas que yo me traje al fútbol colombiano. Siempre me gustó tener la mentalidad ganadora y los brasileños la tenían de serie.
La relación con el gol
Eres uno de esos futbolistas que han recibido una marca personal durante un partido. ¿Cómo afrontaste ese encuentro?
Recibí marca personal algunas veces, pero una de mis fortalezas era la movilidad en el campo de juego, ubicarme bien, saberme mover, tener bastante movimiento para darles opciones de pase a mis compañeros y nunca estar marcado. A mi me gustaba dificultarle la marcación a mi rival teniendo bastante movilidad.
«A mi me gustaba dificultarle la marcación a mi rival teniendo bastante movilidad»
348 goles en tu carrera. Máximo goleador extranjero de la liga brasileña con 110 tantos. ¿Te quedó algún tanto soñado por marcar?
Hay un gol que siempre quise marcar que se lo vi a Van Basten en una Eurocopa con la selección de Holanda donde le tiran un centro, casi al borde del área en el sector derecho y sin dejarla caer remata y la clava en el ángulo. Ese es uno de los goles más bonitos que yo he visto, pero también tuve la oportunidad de marcar muchos goles bonitos.
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1993, Amistoso contra Chile y marcas un gol de Escorpión. ¿Eso lo entrenabais con la selección colombiana?
Ese gol que hice marcó mi carrera porque fue uno de los más bonitos que logré y es uno de los goles más recordados de la selección de Colombia. Nosotros lo entrenábamos porque a René Higuita le gustaba hacer el escorpión para despejar el balón y nosotros lo molestábamos cuando había que entrenarlo, aunque nosotros lo hacíamos para hacer gol. Uno tiene que tener suerte para conseguir hacer algo así y a mi se me dio para lograr hacer un bonito gol.
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Dejar el fútbol
¿Te sientes todavía futbolista?
Los primeros años yo me sentía futbolista después de retirado. Me retiré en 2007, el partido de despedida lo hice en 2008 y digamos que hasta 2012 más o menos a uno le costó saber que uno ya no era futbolista profesional. Uno siente eso para toda la vida, pero ahora en este momento estoy más tranquilo y ya apenas juego en el año, debo jugar unas dos o tres reconchitas, como lo llamamos en Colombia. Juego muy poco, pero sí que estoy todo el día con el fútbol, todos los días veo fútbol porque me encanta este deporte.
¿Qué echas en falta del fútbol?
Las cosas que más extraño son el camerino, la concentración, los entrenamientos, el prepararse para un partido y el himno nacional cuando estás representando a tu país.
La última: ¿Ves partidos tuyos como jugador?
Ya no, los primeros tres o cuatro años si veía muchos con mi hijo. Después de retirado veía los partidos y los goles, pero ya no porque me da mucha nostalgia.
[su_note note_color=»#ffeaa6″ radius=»19″]Agradecer a Aristizábal (@aristigol09) su predisposición y a Eduardo Ustáriz (@10kundera) por su ayuda para la contextualización.[/su_note]
Autor
- Soy Iñaki García y soy periodista. Sé muy poco de fútbol, de hecho, he jugado a baloncesto media vida pese a medir 1.70. Sin embargo, en cuanto se trata de escribir este es mi deporte.
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