El perverso torneo de Brunete con el que algunos periodistas se enorgullecen de haber hecho llegar la televisión a las jóvenes figuras de las canteras de los equipos de Primera División ha provocado que desde muy temprana edad el niño pase a ser profesional. Ahora podemos encontrar futbolistas de élite sub-12, algo impensado tiempo atrás, y un tema que hemos querido recuperar de Masliga gracias a un buen artículo que nos escribió Quique Silvestre.
[su_box title=»Artículo de Quique Silvestre para Masliga publicado el 8-11-2011″ box_color=»#f89b3c» radius=»8″]Quique Silvestre es director deportivo del Júpiter. Ha entrenado en el RCDEspanyol (2009-2014) y Sant Ignasi (2015-2017). Follow @QuiQueSilvestre [/su_box]
Sumario
Ser un futbolista de élite sub-12 ya viene en el ADN de muchos
En una época donde Cristiano Ronaldo y Messi llenan las ilusiones de los más pequeños, solo unos pocos cumplen el sueño de poder emular a sus ídolos.
Se dice que un jugador empieza su carrera como profesional cuando debuta con el primer equipo, cuando firma su primer contrato, etc. Pero muchos son profesionales desde mucho antes.
Podríamos hablar de la manera o métodos para enseñarlos, lo que puede ir mejor o peor para su desarrollo desde una perspectiva técnica o táctica. Creo que ya hay muchos libros que hablan de ello.
Un niño de esta edad es mucho más futbolista de lo que todos creemos, dejando a un lado la ilusión o el entusiasmo que pueda tener, es responsable, serio y la mayoría de ellos mira por el equipo antes que por sí mismo. El motivo, podríamos citar varios: que aún no tienen vicios adquiridos; que no tienen intereses individuales ni ajenos… En definitiva, son puros. Todo lo que un entrenador de cualquier equipo “profesional” busca.
«Esponjas humanas»
En aspectos técnicos o tácticos son “esponjas humanas” adquieren los conceptos a una velocidad pasmosa y no dejan de aprender ni un minuto, esto hace que a veces los entrenadores nos emocionemos y queramos enseñar demasiados conceptos al mismo tiempo o que nos pongamos un plazo demasiado corto, lo cual, creo que es un error, pues cuando un futbolista tiene claros “dos” conceptos y sabe cómo, cuándo y porqué desarrollarlos podemos decir que está preparado para el éxito.
Seguramente quedan un millón de cosas de las que hablar, como cuál es el sistema de juego más conveniente, si es mejor que jueguen a fútbol 7 o fútbol 11, si es más importante trabajar la técnica que la táctica a esta edad, que no se deben trabajar aspectos físicos específicos, etc.
Ante todo no hay que olvidar que están en fase de crecimiento y por lo tanto, aplicarán cada una de las indicaciones en su día a día, favoreciendo así la simbiosis entre deporte y educación. Reconocer también el mérito que tiene para un niño que ha crecido en la era de la información masiva -donde la Playstation sustituye las ganas de levantarse de la cama-, opte por desplazarse hasta un campo de fútbol y aplicar lo citado anteriormente.
Como conclusión diré que no pensemos tanto en el cómo y el qué enseñarles y aprendamos todos un poco más de ellos…
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