¿Suma o resta leer prensa deportiva? Os cuento la mía.
Al poco tiempo de firmar por el Southampton (19 años) adquirí una serie de rutinas para hacer más llevadero mi día a día. Una de ellas fue comprar el periódico cada mañana antes de ir a entrenar. Me desviaba de la autovía para adentrarme en el centro, parar en zona de carga y descarga y correr al kiosco. Y, para mi desgracia, muchos días se habían agotado porque otros españoles se habían adelantado a mí. Empezaba mal el día. Compraba 3 diarios: “El País”, el “Marca” (ambos del día anterior) y algún diario sensacionalista inglés como el Daily Sun para recrearme la vista con la chica de “la página 3”.
Comprar diarios españoles me hacía sentir más cerca de una idealizada España. En España solo compraba la prensa después de hacer un buen partido para ver qué decían de mí. Era joven y me importaba contrastar si las sensaciones que había tenido yo dentro del campo se correspondían con lo que habían percibido los aficionados (y la prensa).
Aún siendo diarios del día anterior los leía como si fueran del mismo día porque las noticias -que ya se podían leer en Internet no te llegaban con el atosigamiento que hay actualmente con las redes sociales. Hay que tener en cuenta que en 2001 no existían redes sociales como Facebook o Twitter.
Dedicaba un tiempo considerable a la lectura de los diarios porque me sobraba mucho tiempo y algo tenía que hacer para no tener la sensación de malgastarlo.
Me resultaba extremadamente simpático que los diarios sensacionalistas costarán 20 céntimos. No le veía la lógica en un país donde las cervezas costaban mucho más caras que en España pero venía la mitad. Sin embargo, los diarios valían lo que cuatro bolsas de plástico del supermercado actualmente.
Pero en realidad estos diarios no contenían periodismo; estaban plagados de rumores, cotilleos e historias de dudosa credibilidad. No obstante, lo que no había eran periódicos enteramente deportivos que salieran cada día como en España. El deporte tenía su sección en las últimas páginas de cada diario, que era por donde empezaban a leer mis compañeros cada mañana (otros empezaban por “la página número 3”).
Allí me di cuenta de la poca importancia que tienen los diarios deportivos para la carrera de los futbolistas. Entonces, ¿por qué en España tenemos tantos diarios cargados de información deportiva? En fútbol no ocurren tantas cosas como para llenar un diario; mucha paja.
Ángel Cappa en una entrevista explicó que le preguntó a su hijo por qué leía los diarios deportivos cada día, y este le contestó que para estar informado. Ángel, extrañado le dijo que “entre partido y partido no ocurre nada digno de ser contado”.
Sumario
¿Qué le aporta a un futbolista la información (de fútbol) diaria?
Entretenimiento banal e inseguridad.
Entretenimiento porque los diarios deportivos cumplen la misma función que las revistas del corazón. Es una forma fácil de estar entretenido sin implicarse en nada. no hace falta ni mostrar interés para ojear un diario deportivo. Solo hay que ver cómo los clientes de un bar abren el Marca y lo leen de manera tan mecánica que uno duda de que hayan llegado a leer más de 3 frases. ¿Para qué leerlas sí ya lo han visto el día anterior en las noticias?
Inseguridad porque uno se puede aficionar a ver qué dicen de él sin tener en cuenta que la opinión del periodista es tan subjetiva como la de cualquier otro. Pero, tienen el poder de dar una imagen determinada del futbolista y el equipo. En base a lo que escriban los medios el aficionado va a tener una actitud u otra hacia el jugador o el equipo. Y si uno no tiene la suficiente personalidad para desmarcarse de las opiniones ajenas, corre el peligro de dejarse influenciar negativamente llegando a silenciar a su propia.
Aún sabiéndolo, es inevitable desmarcarse de lo que dicen los medios. Bien es sabido que el futbolista tiene un ego que necesita alimentar, y las críticas positivas en la prensa son un manjar.
¿Qué prensa deportiva deben leer los futbolistas?
Principalmente la que quieran. Pero yo recomiendo que no se habitúen a leer cada día lo que dicen los medios, ya hablen de ellos o de otros jugadores. Al final no deja de ser cotilleo. También hay que tener cuidado con la importancia que se le da a los comentarios en redes sociales porque se crean olas que a veces son positivas, pero cuando son negativas pueden acabar con el autoestima de cualquiera por unos días.
El futbolista que nunca sale en los medios acaba pareciendo un aficionado más leyendo los cotilleos de otros. A estos sí que les recomiendo encarecidamente que ni se molesten en leer la prensa deportiva diario; ser un mero espectador no te ayuda a progresar en tu carrera futbolística.
Y con esto no estoy diciendo que no lean prensa deportiva, ni mucho menos. Hay muchas publicaciones online y en papel con un contenido excelente qué puede aportar mucho al futbolista a nivel intelectual que a su vez influirá en su rendimiento profesional. La denominada regla Isaac Stern “cuanto mejor es la técnica, más tiempo puede ensayar sin aburrirse” o sea que cuanto más se conoce un tema más se disfruta. Con el fútbol es lo mismo; siempre habrán puntos de vista interesantes que conocer, sistemas de juego, vidas de deportistas, y experiencias que nos pueden aportar mucho.
El día a día no da para un aprendizaje profundo debido al incontrolable flujo de noticias que surgen por minuto. Ojalá yo hubiese conocido revistas como Jotdown, Líbero, Panenka, The Tactical Room cuando era futbolista.
En definitiva, creo que los futbolistas no necesitan leer la prensa deportiva a diario porque les perjudica más que les beneficia. La prensa diaria está creada para llenar el vacío de los aficionados que necesitan una dosis de Futbolitis para seguir el día y tener algo de lo que hablar.
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