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Seis razones para ver Six Dreams

Six Dreams

Una sugerencia en mi olvidada cuenta de Amazon Prime Video despertó la curiosidad en mí: la serie Six Dreams. Solo pasaba por allí, como suelo hacer cuando tengo tiempo y me apetece ver una serie. En Netflix tengo tantas series en la lista como libros por empezar a leer en casa -además de los libros empezados- que acabo por huir de la app. Sé que hay series que me encantarán, pero también es cierto que las series más adictivas son las que menos me convencen, por ejemplo “Narcos”. Vi todos los capítulos en tiempo récord, y, aun así, me quedé con la sensación de haber malgastado 30 horas de mi vida, pero me recién había acabado de hacer la enésima corrección de mi último libro “Ulises: diario de un futbolista pobre” y necesitaba mirar hacia otro lado por unos días. No pude dejar de verla a pesar de parecerme bastante mediocre; solo ver a Pablo Escobar con un acento más brasileño que Marcelo me echó para atrás. Pero la seguí viendo (no me preguntes por qué).

¿Por qué deberías ver Six Dreams?

No soy muy fan de las series y películas futboleras, pero Six Dreams me atrajo por ser algo nunca visto en España. Los planos que muestran el tráiler eran atractivos. No se veía la típica toma cinematográfica enfocando a los pies de los futbolistas. Nunca he entendido cómo un cámara puede creer que esa perspectiva tiene algo de futbolera. Sin embargo, esta serie debe estar producida por algún aficionado a los drones. Raro era no ver una escena desde el espacio cada cinco minutos (ahora empiezo a dudar si no están detrás los de Red Bull; los mismo que hicieron saltar a un tipo desde no sé dónde haciendo creer que era una hazaña).




Al margen de estos apuntes técnicos de fotografía (risas), las historias tienen interés porque muestran partes del día a día del fútbol que no todo el mundo conoce. Se destacan 6 protagonistas: Saúl Ñíguez (Atlético de Madrid), Andrés Guardado (Betis), Iñaki Williams (Athletic de Bilbao), Eduardo Berizzo (extécnico del Sevilla, ahora en el Athletic), Quique Cárcel (director deportivo del Girona) y Amaia Gorostiza (la única mujer del sexteto, presidenta del Eibar). Aunque podrían añadirse a Quique Setién y a la madre de Iñaki Williams, que tienen papeles claves. Como estoy seguro de que cada cual extraerá sus conclusiones os voy a dar 6 motivos para ver esta serie, pero sin ojos de forofo.

Amaia Gorostiza (Presidenta del Eibar)

Amaia Gorostiza
Amaia Gorostiza

Es sin duda la triunfadora de esta serie. Su imagen ha salido reforzada, especialmente para personas como yo que no la conocíamos. Su naturalidad tratando a los futbolistas como compañeros de trabajo en todo momento ha hecho de cada una de sus apariciones una delicia. Ha roto todos los esquemas de los que pensábamos que el mundo del fútbol en los despachos es una jaula de tiburones. Sin dejar de mostrar coherencia henos visto a la presidenta junto a Patricia Rodríguez forman una pareja perfecta dentro de la brillante y coherente directiva del Eibar. Después de conocerlas un poco en esta serie tengo claro que es necesario que haya más mujeres en las directivas de los equipos de fútbol.




Saúl Ñíguez (Jugador del Atlético de Madrid)

La verdad es que no aporta mucho, y es normal. En un equipo con tanto jugador de peso él aún está muy verde. Trata de decir algunas frases interesantes, pero son forzadas. Él mismo se delata cuando más adelante comenta a un periodista algo sobre construir su marca porque cuando deje el fútbol se quiere dedicar a la moda. Es el típico sueño de mujer de futbolista que empieza con Instagram y sueña con desfilar en París.

Hay una escena en la que abre la nevera y está más vacía que mis bolsillos el día 22 de mes. Es llamativo. Vemos algunas escenas junto a su novia y sus tres dos perros en su enorme jardín, pero Saúl solo piensa en fútbol. Este chico se puede comer el mundo.

A pesar de saber soportar la presión no deja de ser un post adolescente. Me ha parecido que ha controlado tanto que no lo hemos podido ver en realidad.

Andrés Guardado (Jugador del Betis)

Andrés Guardado
Andrés Guardado

Es un viejo de 32 años. Una muestra del desgaste que provoca el fútbol incluso cuando te cuidas. Cada poco tiempo está lesionado, cada poco tiempo se está recuperando. Guardado ejerce a la perfección la figura de capitán sin brazalete. El capitán oficial es Joaquín, pero se pasa el tiempo contando chistes. Intuyo que es una figura importante para el entrenador de turno porque hace que haya buen ambiente. Incluso me da la sensación de que los demás jugadores son como niños pequeños (en el buen sentido). Quique Setién utiliza la siguiente frase como un halago: “esto es como llevar una guardería”. Antes de que lo dijera ya me había dado la sensación. Y Setién se ha conseguido amoldar a esa plantilla erigiéndose como entrenador-profesor-empático.

Una faceta a destacar de Guardado es su implicación en el sindicato de futbolistas mejicanos y en su fundación para ayudar a niños en situación de exclusión social. Es un muy buen referente dentro de cualquier vestuario.




Eduardo Berizzo (Entrenador del Sevilla)

Desde el primer momento muestra que es buen tipo. Incluso más de lo que yo le recordaba como jugador. Pero a medida que avanza la serie voy enlazando ese exceso de optimismo a la enfermedad que estaba a punto de anunciar. Me recordó a ese tipo de personas que cuando lo está pasando peor más positivo se muestra.

Su día a día con la plantilla muestra la cercanía que intentan tener los entrenadores con los jugadores, aunque sin la respuesta por parte de estos porque no deja de ser el jefe.

Iñaki Williams (Jugador del Athletic Club)

Iñaki Williams
Iñaki Williams

Poco me costó ver la cantidad de presión que carga Iñaki Williams sobre sus hombros. Y lo más llamativa es la presión autoimpuesta. “Delante de la portería me falta tranquilidad” dice en algún momento. En más de una ocasión habla de pastillas para dormir; cuando su novia esta en época de exámenes le dice que si no puede dormir le da una pastilla, en broma. Que una persona tan joven necesite pastillas para dormir no debería ser lo normal.

Luego escuchamos los audios que le envía su madre hablando de dios. Sin quererlo le presiona. “He ido a la iglesia y he dejado 100 euros”. Eso es mucha presión. Williams sigue viviendo como creció: ocupando la figura paterna. Cuando se dé cuenta verá que no vivió como un joven. Eso lo vemos cuando va a cenar con sus amigos de siempre; ellos actúan acordes a la edad que tienen… mejor dicho, ven el mundo desde fuera de la burbuja del fútbol. Una escena simpática es cuando hablan de las típicas frases de futbolistas. La cara de Iñaki Williams es la misma que cuando te hacen una fiesta sorpresa.

Luego dentro del campo trata de cargar más peso del que puede llevar a día de hoy. No se da cuenta de que él no puede ser siempre quien tire del carro en casa y en el campo. Para eso están los Aduriz y compañía. Cada cosa a su tiempo, cuando no se acelere ante el portero podrá empezar pensar en tirar del carro.




Quique Cárcel (Director deportivo del Girona)

El Girona es la versión mediterránea del Eibar. Club con un presupuesto bajo que hace bien las cosas. En Quique Cárcel veo más un exfutbolista que a un director deportivo. Quizás porque lo conozco como futbolista y me impresiona que alguien a quien me he enfrentado esté gestionando un proyecto tan importante. El tipo está las 24 horas pensando en fútbol y resoplando. Sufre en cada partido con la misma impotencia del jugador titular cuando se queda fuera de la lista por lesión. Se siente impotente. Si de él dependiera saltaría al césped. Está rodeado de personas que han jugado con él, y eso les convierte en una piña.

Desde el primer momento fijaos cuando se cruza con un jugador y le saluda: “¿Cómo estás? (bien) ¿Bien? ¿De verdad?” A mí me ha hecho gracia porque ocurre muchas veces durante la serie. Creo que ha dejado muy bien al Girona. También recomiendo fijarse en la figura de Machín, le cuesta sonreír tanto como a mí estar una semana sin escribir.

En definitiva, es una serie que merece la pena para fijarse en los matices del día a día en el fútbol profesional. No se glorifica a nadie ni se muestran extravagancias. El mundo del fútbol tan aburrido como suele ser. Pero me gusta.

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