Qué lástima: ya no hay tantos extremos como antes. El primero que los despreció fue Alf Ramsey.

Para mí, la mejor formación es la 4-3-3 con extremos clásicos, no con extremos a pierna cambiada ni con delanteros centro en los lados de la última línea. Con un «siete» diestro y un «once» zurdo que regateen a los laterales y den un pase hacia atrás para que el delantero o los interiores rematen. Como bien dice Ricardo La Volpe, es la jugada más peligrosa. Además, con extremos se obliga a la defensa contraria a abarcar más espacio, y, lógicamente, cuanto mayor sea el espacio más dificultades habrá para ocuparlo y defenderlo.

En fin, no me enrollo más, porque lo importante es este magnífico artículo. Enhorabuena. Estaría muy bien que publicase usted otro con otros tantos extremos izquierdos.

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