Uno de los consejos más escuchados en la vida de un futbolista de ataque es “tienes que ser más egoísta”. Esta sugerencia es muy dañina en el período de formación de un futbolista porque el jugador olvida por completo que el fútbol es un deporte de equipo.
Por suerte en los equipos abundan los no egoísta, los que trabajan y ponen su talento en favor del colectivo, los que asumen las victorias y derrotas como una consecuencia del trabajo en equipo.
El trabajo del equipo se refleja en el acierto de los atacantes, ellos solo son los encargados de firmar el trabajo del resto del equipo. Hay goleadores que son conscientes de ser una pieza más del equipo, no la pieza.
«Tienes que ser más egoísta», ¿de verdad?
Ningún jugador es más importante que el equipo. Para que una bombilla brille son necesarios unos cables que conduzcan la electricidad hasta su destino.
Un egoísta se identifica al verle celebrar los goles; este al marcar abre los brazos demandando las felicitaciones de sus compañeros. Curiosamente nunca, como primera opción, se dirige al jugador que le ha dado la asistencia. Incluso cuando él asiste espera ser el primer felicitado.
Por suerte se está premiando a los jugadores que ante todo buscan el bien colectivo.
[su_note note_color=»#f5f5aa» radius=»19″]Artículo del 15 de septiembre de 2012[/su_note]
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